La mejora de la eficacia en el servicio de protección de las vallas que delimitan la frontera con Marruecos en ambas ciudades autónomas es la razón que invoca la Guardia Civil para justificar la emergencia, declarada por Gámez el pasado 25 de noviembre. Fue un mes y medio después de que un agente necesitara atención médica tras ser agredido «con un garfio a la altura del mentón» por uno de los 12 migrantes que intentaron superar la valla en Melilla por la zona próxima a Barrio Chino. Ocurrió sobre las 4.30 horas del pasado 13 de octubre. Siete personas lograron entrar en territorio español de forma irregular.
Éste fue uno de los numerosos episodios que se registraron durante 2021 en el perímetro fronterizo de Melilla. Doce días antes del citado suceso, fuerzas de seguridad de España y Marruecos impidieron la entrada de 700 subsaharianos. Fuentes de la Delegación del Gobierno en la ciudad autónoma informaron de que los integrantes de dicho grupo «venían perfectamente organizados y utilizando tácticas militares», dividiéndose para «disgregar a las fuerzas que vigilan el vallado».
Previamente, el 24 de septiembre, otro grupo de 400 subsaharianos -divididos en tres- intentó asaltar el vallado por diversos puntos de la zona Norte, frustrando la entrada la Guardia Civil con la colaboración de las fuerzas de seguridad de Marruecos. La intervención policial se saldó sin que ningún funcionario resultara herido, pese a la «violencia» de los migrantes. Estos, según la Delegación del Gobierno en Melilla, lanzaron «piedras y otros objetos» a los guardias civiles.
Sólo durante el pasado mes de septiembre se contabilizaron cuatro intentos de salto al perímetro fronterizo en esta ciudad autónoma, que se sumaron a los registrados el 22 de julio (300 migrantes) y el 28 de agosto (350). Los episodios continuaron en diciembre -concretamente los días 22 y 29- y durante el arranque de 2022: el 19 de enero y el 6 de febrero.
Durante el discurso ofrecido en víspera del pasado Día de la patrona (12 de octubre), el jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Melilla, Antonio Sierras Sánchez, cifró en más de 60 el número de agentes que habían resultado heridos en los distintos asaltos al perímetro fronterizo y en los que los inmigrantes no dudaron en usar «tácticas militares en su avance hacia Melilla y una violencia inusitada contra las fuerzas de seguridad» tanto marroquíes como españolas. El oficial ya anunció entonces que se utilizarían drones para el control de la valla cuando Marruecos reabriera la frontera, cerrada desde el 13 de marzo de 2020 por la pandemia de coronavirus.
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