En caso de accidentes, calamidades y emergencias de vario tipo, los drones pueden ser los aliados perfectos de los equipos de intervención, de búsqueda y rescate, bomberos, fuerzas y cuerpos de seguridad, protección civil, etc. y en todas las fases, desde la prevención hasta la recuperación de las zonas golpeadas por catástrofes y calamidades naturales. Los UAS pueden ayudar, no solo a salvar vidas, sino también a evitar riesgos innecesarios para los equipos de rescate.
Las situaciones en las que los drones pueden ser útiles son innumerables: búsqueda y rescate en montaña, salvamento en mar, incendios, reconocimiento y primera intervención en catástrofes naturales (derrumbes, terremotos, inundaciones, erupciones volcánicas, etc.), accidentes, envío de equipos de primeros auxilios, guiado de equipos en tierra y muchas más.
Para evitar que las posibles situaciones de emergencia tengan lugar o tengan consecuencias graves, la prevención es fundamental.
En este sentido, los drones pueden desarrollar tareas decisivas como la vigilancia y el mapeo de zonas de riesgo, tanto para incendios, como para inundaciones, corrimientos de tierra, avalanchas y catástrofes naturales en general, recabando imágenes y datos útiles para su análisis y para guiar los planes de prevención, como por ejemplo la limpieza de bosques y ríos, el consolidamiento y estabilización de terrenos, la definición de mapas de riesgo, los planes urbanísticos, etc. La monitorización constante o periódica de las zonas de riesgo permite observar la evolución de los terrenos para evitar el producirse de fenómenos catastróficos o minimizar su impacto sobre los habitantes o sobre el medioambiente.
Los UAS también se usan para el control de las playas, para evitar accidentes y garantizar la rápida intervención en caso de necesidad a los bañistas y para la seguridad de eventos multitudinarios.
Gracias al uso de drones en tareas de vigilancia perimetral, se puede evitar el producirse de robos, infracciones o delitos que puedan resultar en intervenciones de emergencia. En este sentido, pueden actuar como elementos disuasorios.
Cuando se produce una emergencia, los drones pueden desplegarse en cuestión de segundos, llegar más rápido con respecto a los equipos de tierra u otros medios aéreos y acuáticos y enviar imágenes, la localización y las coordenadas de los hechos, incluso en los lugares más inaccesibles. Al ser más económicos y portables con respecto a los medios aéreos tradicionales, su disponibilidad es mayor y su facilidad y rapidez de despliegue los convierten en indispensables en las situaciones donde cada segundo cuenta, pudiendo ser usados para guiar las tareas de búsqueda y rescate, evitando riesgos para el personal de tierra, y para tener una perspectiva aérea y más completa de la situación para la toma de decisiones.
Para las personas en dificultad o peligro, el simple hecho de ver un dron puede ser una gran ayuda psicológica, dando la esperanza de ser salvadas.
Además, gracias a la posibilidad de llevar cargas útiles de vario tipo, como cámaras térmicas, LiDAR, sensores y radares, focos y altavoces, cajas de transporte, etc. los UAS pueden llevar a cabo tareas fundamentales para la gestión de la emergencia.
En grandes catástrofes naturales como la erupción volcánica en La Palma, las recientes inundaciones a consecuencia de las intensas lluvias provocadas por una DANA en zonas de Valencia, Cuenca y Albacete, los incendios que azotan todos los años a grandes extensiones de terreno en España, los terremotos, etc. los drones han ampliamente demostrado su utilidad y versatilidad.
Las cámaras RGB de alta definición, incluso las de los drones de consumo más comunes, pueden ser usadas para un primer reconocimiento de la zona y para tener una consciencia situacional completa, con el fin de establecer los planes de acción y guiar los equipos de rescate, para la observación y monitorización de la evolución de la situación, la vigilancia contra robos y saqueos y mucho más. Además, su valor documental no tiene precio.
Los objetivos zoom permiten buscar e identificar con detalle a los objetivos desde lejos, sin tener que acercarse a zonas peligrosas.
Los UAS equipados con cámara térmica son esenciales en la búsqueda y rescate en los primeros minutos u horas desde la catástrofe, siendo capaces de distinguir la huella térmica y encontrar a las personas en casi todas las situaciones, incluso de noche, lo cual permite poder trabajar en la búsqueda las 24 horas del día y en muchos casos también en condiciones meteorológicas adversas. Además permiten detectar daños estructurales a edificios, puentes, infraestructuras, etc. para la toma de decisiones.
Algunos drones pueden llevar sensores batimétricos o radares de penetración del terreno (GPR) útiles para la búsqueda de cuerpos en agua, barro, corrimientos de tierra, etc.
Los UAS equipados con altavoces pueden usarse para dar instrucciones a las personas en dificultad para ponerse a salvo o comunicar de que van a ser rescatadas o para alertar a la población sobre peligros inminentes.
Los focos pueden ayudar la búsqueda y el rescate de noche, además de servir en tareas de vigilancia.
Los drones de mayor tamaño y con la posibilidad de transportar carga útil pueden ser equipados con contenedores de transporte o ganchos para llevar todo tipo de mercancía, dentro de sus límites de Masa Total al Despegue (MTOM), como medicinas, agua, comida, géneros de primera necesidad, etc. a zonas incomunicadas.
Los drones más pequeños pueden entrar en sitios angostos para explorarlos y buscar a personas y animales en dificultad o a los cuerpos de los fallecidos.
Para los rescates en montaña y mar, los drones con cámara térmica son particularmente eficaces, permitiendo alcanzar los lugares más inaccesibles rápidamente, buscar a las personas, mostrar su ubicación, planificar el rescate y guiar a los equipos, minimizando los tiempos de respuesta y los riesgos para los rescatadores.
En el caso de climas extremos o avalanchas, donde la supervivencia es cuestión de minutos, los UAS pueden garantizar una intervención rápida y una cobertura muy amplia.
Drones especialmente equipados pueden transportar agua, comida o equipos de emergencia, como flotadores, para garantizar la supervivencia de las personas.
Con los drones con cámara térmica, podemos monitorear el avance de los incendios en tiempo real, ubicando el frente, monitorear su temperatura y prever en función del viento y de la vegetación la dirección y velocidad de propagación para establecer cuales son los medios más adecuados según la intensidad (desde el personal de tierra a medios aéreos), dirigir a los equipos de extinción y evitar riesgos para el personal y daños a personas y bienes.
Es posible ver que áreas tienen matorrales, claros o arbolado, con un nivel de detalle y una resolución muy altos, distinguiendo el tipo de vegetación y su separación.
Los gestores del incendio pueden controlar la información recibida en tiempo real a distancia, analizar los puntos de calor y ver el avance y la intensidad del frente del incendio.
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En los incendios de edificios e infraestructuras, además de monitorear la propagación, se pueden observar los daños estructurales para prevenir riesgos para las personas y los equipos de rescate. Además, drones específicamente equipados con lanchas, se están usando incluso para ayudar en las tareas de extinción.
En los accidentes de carretera, trenes, aviones o barcos, los drones proporcionan una vista privilegiada para tener el control de la situación y documentar los hechos y posibilitan efectuar las mediciones y la reconstrucción de la escena en 3d para reconstruir la dinámica.
En los momentos posteriores a las emergencias, los UAS facilitan el reconocimiento de daños para poder tomar decisiones sobre las actuaciones de reconstrucción, mantenimiento o derribo de edificios y estructuras, recuperación de áreas y planificación urbanística.
Los drones con cámara térmica permiten detectar grietas y puntos débiles, mientras que los que tienen cámara LiDAR permiten reconstruir modelos 3D muy detallados para poder observar el estado de la estructura de las construcciones.
Los drones especializados en fotogrametría y cartografía pueden usarse para crear mapas de las zonas y reconstrucciones en 3D útiles para ver el estado de las zonas golpeadas por las catástrofes, planificar su recuperación y observar su evolución en periodos sucesivos efectuando el seguimiento de las obras.
Estos aparatos también son útiles para la evaluación de daños por parte de los seguros.
Las imágenes, mapas, modelos y los datos recabados por los UAS pueden ser estudiados para elaborar modelos predictivos para prevenir y evitar que las mismas situaciones se repitan en el futuro o por lo menos hacer que los daños sean limitados.
Como hemos visto, las ventajas de los drones con respecto a los medios tradicionales como equipos de tierra, helicópteros, barcos, etc. son multíplices:
Es necesario remarcar que, según la normativa europea:
Durante el vuelo, los pilotos a distancia y los operadores de UAS no los harán volar cerca o dentro de zonas en las que se estén llevando a cabo operaciones de emergencia, salvo que los servicios de emergencia responsables les hayan dado permiso para hacerlo.
Y según el Real Decreto 517/2024:
No obstante, cuando, conforme al deber de colaboración de los ciudadanos ante situaciones de catástrofe y de emergencia de protección civil previstas en la Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil, las autoridades públicas responsables de la gestión de tales situaciones requieran la colaboración de operadores distintos de los previstos en el apartado 1, éstos podrán operar en las mismas condiciones previstas en este real decreto para las actividades o servicios no EASA realizadas directamente por el organismo investido de autoridad pública responsable de la respectiva actividad o servicio no EASA. En estos casos:
a) La autoridad pública que requiera la colaboración:
1.º Debe recurrir, siempre que sea posible, a operadores de UAS registrados como tales y que cuenten con las habilitaciones necesarias para la realización de la categoría de operaciones de que se trate;
2.º Debe establecer las medidas de coordinación necesarias entre los distintos medios aéreos intervinientes para minimizar los riesgos a las aeronaves tripuladas y a terceros.
b) El operador debe planificar y ejecutar estos vuelos de modo que minimice los riesgos para terceros.
En caso de querer colaborar con las autoridades, es necesario dirigirse a los responsables de la emergencia para ofrecer nuestra ayuda, en ningún caso está permitido volar los drones sin la autorización y la coordinación con ellos, puesto que en la zona pueden haber otros medios aéreos de emergencia como helicópteros, aviones u otros drones y podríamos ponerles en peligro.
Además hay que tener en cuenta de que puede ser necesario entrenamiento o experiencia específicos en emergencias y de que estas situaciones pueden suponer un estrés físico y psicológico notable.
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