La termografía funciona detectando la energía térmica, o la firma de calor, que emiten de forma natural tanto los objetos animados como los inanimados. Las cámaras térmicas albergan un sistema de lentes y sensores muy sofisticado que permite el paso de frecuencias infrarrojas invisibles para poder medir la temperatura de la superficie de un objeto. Los datos resultantes son utilizados por el procesador de imágenes para crear lo que se conoce como termograma o mapa de colores que muestra diferentes valores de temperatura.
Por la noche, tras la puesta de sol, la temperatura del suelo y del entorno se enfría, mientras que los cuerpos de las personas desaparecidas están más calientes. Es esta diferencia térmica la que se puede detectar, lo que convierte a los drones térmicos en una importante solución de visión nocturna.
Aunque son muy sensibles, las cámaras térmicas pueden verse afectadas por numerosos factores, como la hora del día, las condiciones de la superficie y la reflectividad de un objeto. En estos casos, los sensores de luz estelar o de baja intensidad pueden completar el rompecabezas.
Comments (0)